miércoles, 18 de octubre de 2017
CAPITULO 66 (TERCERA PARTE)
Miro a mis hijos y suelto un suspiro. Todo es mejor cuando ellos están conmigo.
No importa lo que me suceda, si ambos están a mi lado, no hay nada que pueda destruirme por completo. Es increíble como cambiaron las cosas.
Nunca fui capaz de imaginar a una Paula así, nunca me imaginé siendo madre, y ahora que lo soy, me digo a mi misma que fui una estúpida todos estos años. Ser madre es lo mejor que puede pasarle a cualquier mujer en el mundo, solo necesitas abrir tu corazón y entregar tu alma a ese sentimiento que jamás tendrá una explicación.
Kya está dormida en mis brazos y Ale está cambiando los canales de la televisión. Lo he regañado unas tres veces para que baje el volumen y él lo ha hecho a regañadientes.
No puedo negarlo, soy una mujer afortunada, siempre lo seré si ellos están conmigo. Mi familia.
Solo han pasado un par de horas desde que regresé de ese lugar y lo único que quiero hacer es estar con mis hijos. No he visto a Pedro aún, pero sé que él y Lucas están juntos en alguna parte.
—¿Papá Pedro regresará? —indaga mi pequeño, sin apartar la mirada de la pantalla de plasma. Acaricio la frente de mi princesa y luego sonrío.
—Claro que regresará, hijo —aseguro con la mejor de mis sonrisas—. Él y el tío Lucas deben estar regresando.
—¿Cuándo volveremos a casa?
No sé qué decir, pero tengo que responder.
—Pronto —digo no muy convencida—. Volveremos a casa muy pronto, cariño. Tenemos muchas cosas que hacer. ¿Lo sabes, cierto?
—¡Lo sé! —grita emocionado y luego cubre su boca rápidamente al ver que casi despierta a su hermana—. ¡Comenzaré la escuela y clases de fútbol!—susurra emocionado.
Me rio levemente y me muevo unos cuantos centímetros para acostarme a su lado.
—Sabes que te amo, ¿verdad? —pregunto mientras que acomodo a Kya en medio de ambos. Mi pequeña no se mueve ni un solo centímetro, la cubro con su edredón rosa y luego veo como ese piquito adorable se forma en su boca. Sonrío y acaricio a Ale—. Soy tu mamá pase lo que pase.
—Te quiero, mamá Paula —susurra poniéndose de costado.
Comparte el edredón rosa con su hermana y noto como comienza a cerrar sus ojitos. Es mi niño, es mi hijo y siempre lo será. Ale apareció en mi vida para darle sentido a todo lo que me rodeaba.
—¿Ale? —pregunto segundos después. Ha cerrado sus ojos, pero sé que no se ha dormido. —
¿Qué? —pregunta con el tono de voz apenas audible para no despertar a su hermana.
—¿No crees que soy la mamá más hermosa de todas?
Hay unos cuantos segundos de silencio y luego una sonrisa en sus labios.
—Sí —susurra—. Eres la mamá más hermosa, mamá Paula —asegura.
Sé que solo lo estoy molestando, pero me encanta jugar con él de esta forma.
Apoyo el peso de mi cuerpo sobre mi brazo, me inclino hacia él y beso su frente, ahora si lo dejaré dormir. Beso a Kya también y me acomodo para descansar un poco. Necesito olvidarme de todo por un momento.
Estoy agotada, no he dormido casi nada desde que todo esto sucedió y solo quiero estar así, al lado de mis hijos, aunque sé que todo sería más perfecto si Pedro estuviese aquí...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario