viernes, 29 de septiembre de 2017

CAPITULO 2 (TERCERA PARTE)





Minutos después, bajamos las escaleras del apartamento tomados de la mano. Hice todo lo posible para verme más que bien y lo logré. Tengo unos pantalones de jean y un suéter color crema. Esta época del año ha comenzado a demostrar que el frío está mucho más cerca que el año anterior. Mi cabello tiene perfectos rizos naturales y debo admitir que Pedro ha ayudado bastante. Me veo perfecta. 


Una hermosa futura mamá, según mi esposo. Damian se pone de pie al vernos. Me acerco y lo abrazo levemente, él acaricia mi vientre y luego me suelta para enfrentarse a la fría mirada de Pedro


—Hola —le dice con un apretón de mano. 


—Hola —responde él de la misma manera. Hay un cierto clima de tensión que intento disipar de inmediato. 


—Disculpa la demora, pero tuvimos un pequeño inconveniente —murmuro mirando de reojo a Pedro que me sonríe con complicidad. No debería de llamar pequeño inconveniente a unos veinte minutos de sexo, pero no hay otra explicación aceptable a todo lo que sucedió en la habitación—. Toma asiento —Señalo el sofá. 


Damian parece realmente nervioso. Sé lo que tendrá que hacer y es por eso que fue mejor no decirle a Pedro lo que sucedía...


—¿Paula te ha dicho por qué estoy aquí? —pregunta mirando a Pedro


—No —responde clavando sus ojos en mí. 


Ahora soy el centro de atención y tengo dos pares de ojos viéndome a mí y solo a mí en busca de dos explicaciones completamente diferentes.



—¡Iba a decírselo! —chillo en dirección a Damian que me lanza una mirada acusadora—. ¡Quería hacerlo, pero... es mejor que tú se lo digas, no yo! 


—¿Qué sucede, Paula? —cuestiona Pedro molesto y desconcertado. 


Suelto un suspiro y luego intento buscar las palabras correctas para empezar con esto. 


—Damian vino para tomarme las fotografías de la semana de embarazo —aclaro, pero Pedro parece más desconcertado. 


—Creí que haríamos eso el viernes. 


—Y ahora es tu turno de explicar, Damian —le digo con una mirada divertida. 


Debería tomar mi teléfono y grabar este momento. Será muy pero muy divertido. Él mira a Pedro que parece más que enfadado. Su cara de pocos amigos lo dice todo. Ya no se llevan mal, pero sigue habiendo esa disputa de miembros entre ambos. Damian comienza a rascar su cabeza como si estuviese pensando que decir. 


—Dilo —ordena Pedro


—Bueno... oye... no me vayas a golpear —le pide intentando sonar amable—. Espera que termine de decirlo... 


Pedro suelta un suspiro y luego se mueve incomodo en el lugar. Yo estaría completamente aterrada si tuviera a un tipo de casi dos metros de alto con mala cara sentado a escasos metros de mí dispuesto a atacar. 


—Cariño, calmarte —le digo en un leve murmuro—. Vamos, Damian. Dilo, no se molestará —le aseguro intentando darle confianza con una de mis perfectas y dulces sonrisas. —Bueno... sé que se suponía que tendríamos la sesión de fotos el viernes, pero le pedí a Paula que lo hiciéramos el día de hoy —Se detiene un segundo y toma aire—. Quería decirte que... bueno... Compré boletos para visitar a mis padres en Nueva York, pasaré año nuevo con ellos y... 


—¿Eso que tiene que ver conmigo?



—Quiero que mis padres conozcan a Tania —suelta rápidamente. Siento como Pedro se tensa a mi lado y lo primero que hago es poner mi mano encima de la suya para que no salga disparado como una bala hacia Damian—. Ella aún no lo sabe, es mi regalo de navidad. 


—¿Estás diciéndome que piensas llevar a mi hermana a los Estados Unidos, a no sé cuál lugar, para pasar año nuevo contigo? —cuestiona de manera agresiva. 


Pedro... —le advierto mirándolo de reojo—. Hace tres meses que sale con tu hermana, deberías estar feliz por lo que quiere hacer. Sabes que Tania es una aventurera, le encantará esa sorpresa. Creo que no hay muchos hombres que presenten a sus novias de manera formal en tan poco tiempo. Eso quiere decir que las cosas entre ambos van muy en serio. 


—Gracias, Paula —dice Damian soltando un gran suspiro de alivio. Pedro se revuelve incomodo sobre el sillón y no aparta la mirada feroz que tiene. Sonrío en mi interior al pensar que el día que nuestra pequeña Kya tenga un novio ese pobre chico tendrá que enfrentarse a toda la furia Alfonso. 


—¿De verdad la quieres? —pregunta bruscamente rompiendo el incómodo silencio. 


—Claro que la quiero, Pedro —responde muy convencido de sí mismo—. En realidad, creo que tu hermana no es ninguna niñita, puede tomar decisiones por sí misma, yo no debería estar preguntándote o pidiéndote permiso, porque las decisiones de Tania son de ella y nadie debe entrometerse, pero vine aquí para pedirte que me des tu aprobación porque sé lo mucho que ella te importa, sé que yo no te agrado y quería que lo supieras. Si tu padre siguiera vivo lo haría delante de él, le pediría permiso, pero no lo está y por eso vine a hablar contigo, ¿de acuerdo? 


Oh, mi Dios... Estoy completamente sorprendida. No puedo creer que Damian haya dicho todo lo que acaba de decir. No conocía esa faceta y me encanta. 


Pedro parece realmente sorprendido y no tiene palabras.


Quiero decir algo, pero no sé qué. 


—Confío en ti —le dice, señalándolo con un dedo—. Confío en que la cuidarás y en que harás que disfrute de ese viaje, pero si la lastimas, estarás en problemas O' Connor. 


—¡Bien! —chillo rápidamente—. Creo que todo está resuelto. Estamos perdiendo el tiempo. ¿Por qué no comenzamos con las fotografías? —cuestiono sonriendo falsamente. Lo único que quiero es que este clima extraño desaparezca.



Veinte minutos después estoy frente al espejo de nuevo. 


Pedro aparece en la habitación y me observa desde el umbral. Tengo el conjunto de ropa interior de algodón y una bata de seda a combinación. 


Me miro de perfil y acaricio a Pequeño Ángel. 


—Te ves hermosa —dice Pedro rompiendo el silencio. 


—Ya lo sé —respondo con una divertida sonrisa—. Me veo perfecta —alardeo. 


Los dos nos reímos, después cierro la bata y hago un moño con la cinta alrededor de mi cintura. 


Pedro toma mi mano y caminamos por el pasillo en dirección a la habitación de Pequeño Ángel en donde las paredes blancas son perfectas como fondo para las fotografías. 


Damian está en posición con el soporte y su cámara en el lugar. Al vernos entrar opta una postura completamente profesional. Ahora que mi vientre es más visible estas fotografías saldrán mucho más bonitas que las primeras.




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